La búsqueda de equilibrio entre la vida personal y el desarrollo profesional no es fácil, sobretodo cuando estamos pensando en buscar la perfección.
Es lamentable la manera en que muchas personas se pierden dentro de la rutina de lo que hacen, dejan de buscar la precisión y convierten poco a poco sus días laborales en una especie de ¨condena¨ de la que tienen descanso apenas dos días a la semana. La falta de productividad en una persona no se debe siempre a su falta de preparación, sino más bien al enfoque con el que hace las cosas, a una falta de propósito y a una carencia de pertenencia, entre otras cosas.
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